Ficha técnica
Hitler, una película de Alemania deHans Jürgen Syberberg (1977): siete horas y media de duración, 35 mm., predominio de cámara fija. Projectings de películas, cuadros, fotografías; banda sonora
compuesta por discursos políticos, noticieros radiales,
música, voz en off, monólogos. Utilización de
marionetas, muñecos, títeres, maniquíes.
Escenografía manierista, barroca, artificial. Film
sinfónico en cuatro tiempos. La situación puramente
óptica y sonora sustituye lo sensorio motriz en eclipse. Crisis
de la imagen acción. Corte irracional entre el plano visual y
auditivo.
Primera Secuencia
Se ve el firmamento, las estrellas, el estudio sonoro de Munich (que evoca al Black Maria,
cabaña de cartón y alquitrán donde Thomas Edison
experimentaba); de nuevo las estrellas, una gota de agua que
podría ser una lágrima conteniendo simbólicamente
el dolor del mundo. El decorado muestra ruinas, oscuridad, pesadumbre.
Se ve a una niña enfocada de lejos, mientras una voz en off
declama: “Si tuviese en una mano el oro de los negocios, la
barriga de cerveza del funcionario, la felicidad de todos los juguetes
del mundo, y en la otra los cuentos y los sueños de la
fantasía, la añoranza del paraíso y la
música de nuestras ideas, todos elegirían a ciegas los
paraísos aunque fuesen falsos, sedientos de sangre y sacrificio,
dispuestos a entregar lo mejor, multiplicando nuestra esperanza con lo
más cruel a favor de triunfos cruentos del alma humana.”
El romanticismo expresionista y el distanciamiento racional se vuelven
imágenes-signos, recortadas unas sobre otras en una banda de
Moebius. Lo sonoro adquiere la supremacía de lo visual, el
espacio enreda las coordenadas, la pantalla queda impresa: se hace leer
y escuchar.
Cine pensamiento
Muchos films responden a un sistema de
escritura formado por una base material (la cámara, las luces,
el celuloide...) y un contra-sistema de narración que disimula,
diluye, oculta el aparato de base, su artificio. Según
Syberberg, el cine trabaja para mantener vivos los mitos sociales, es
cómplice de su devenir. En este sentido, vive de la diferencia
negada; el dispositivo cinematográfico tiene una función
ideológica: evitar las desviaciones del modelo.
El cine moderno se separa de la esencia narrativa: no reproduce una
percepción natural de la mirada, construye planos que parecen
una mente. La imagen-tiempo, dice Deleuze, es una imagen bifaz, mutua,
actual y virtual. El cine de tesis surge de esta nueva imagen
cinematográfica, utiliza el aparato de base para cuestionar la
acción, disrumpir los nexos, deshacer el espacio clásico
del cuadro y trabajar la no correspondencia entre el par adentro/afuera
(espectador/film/proyección; sentimiento/habla/dicho;
actores/personas/muñecos…).
Syberberg considera al cine un acceso al conocimiento más
allá de la especulación informativa, una manera de instar
a la autorreflexión. La trilogía Ludwig, réquiem para un rey virgen (1972), Karl May, en búsqueda del paraíso perdido (1974) y Hitler, una película de Alemania expresa un pensamiento ético y filosófico sobre las
raíces de la identidad alemana, traduce una búsqueda
profunda del sentido a través de las capas de historia.
Syberberg, o la voz interior del film, enuncia “Si pienso por la
noche en Alemania, no puedo conciliar el sueño. Todas las
personas y acontecimientos históricos, pura casualidad…
¿Quién nos representa y a quién representamos?
¿Para qué? ¿Qué resta?
…nuestra nueva ocasión, la historia de la muerte de la
vieja luz de la que existimos nosotros y nuestra civilización.
Un lejano canto, una luz artificial de la caja negra de nuestras
fantasías fílmicas ante el ojo interno. En el
oído, el eco de una música cada vez más
lejana.” El cine como memoria-mundo-red-paradoja-fisura. La
disyunción entre la imagen visual y la sonora sacude,
araña los cuerpos y las voces, reconstruye un estado
emocio-mental. El cine pensamiento es una experiencia a ráfagas
que cuestiona la falsa imagen degenerada de lo verdadero.
Hitler personaje
“Y
enjuiciamos finalmente a este Hitler, esto es, a nosotros con nuestras
posibilidades. Pero, ¿qué otra cosa es este mundo que
nosotros primero, los que hacemos, representamos y vemos la
película?... Pero ¿cómo hacerlo?,
¿cómo hacerlo yo, nosotros?”, se pregunta Syberberg
y Deleuze responde “hay que sobrepasar la información para
vencer a Hitler” y cita a Serge Daney “… vencerlo
cinematográficamente, volviendo sus armas contra
él.” Syberberg crea nuevos cruces: nuestro Hitler, Hitler
cineasta, nuestra comodidad pasiva ante el efecto media de su imagen en
nosostros, Hitler personaje y la culminación de la imagen-mito
en él. En Hitler, una película de Alemania, la
luz tajea la superficie opaca de la pantalla, deja en evidencia la
mentira informática, su mecanismo lava cerebro. Con los cuatro
movimientos musicales del film -El Grial, Un Sueño Alemán, El Fin de un Cuento de Invierno y Nosotros, Hijos del Averno-,
Syberberg despliega una simultaneidad de referentes
(Méliès, Eisenstein, Fritz Lang, Murnau) y
contra-referentes (Riefenstahl y Hollywood), reproduce la
Creación y la Caída, desenmascara la
iconografía alemana. “Evocando a Hitler por medio del
mito, la parodia, el cuento de hadas y la ciencia ficción,
Syberberg conduce sus propios ritos de desacralización”,
señala Susan Sontag en Bajo el signo de Saturno.
Ironía y pathos, reiteración de discursos,
técnicas antiperspectivistas, grandes obras de arte,
manifiestos, propaganda componen una imagen reversible, vuelta sobre
sí misma, descentralizada sin caer en lo arbitrario ni en lo
azaroso. Syberberg da nacimiento a una nueva imagen del mundo que a la
vez está en su gestación, previa y contemporánea,
antecede al lenguaje y permite al lenguaje expresar lo inexpresable. El
espectador se ve obligado a pensar lo impensado, a salir del magma pro
y anti-hitleriano. Syberberg muestra no solamente un país, sino
el mundo entero y sus diversos sistemas políticos como una
catástrofe. Podríamos pensar que este film es el
atravesamiento del mito, la denuncia de su funcionamiento que va desde
la idolatría hasta el odio, de la pureza de la raza a la masacre
de la especie humana.
“Y sin las estrechas cuatro
paredes de la llamada realidad de este mundo, estamos libres de
ataduras para un juicio ateniéndonos a las leyes propias del
universo por nosotros elegido”, nos susurra una voz en la
película.
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