Macarena Cordiviola
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Una melodía fílmica
Macarena Cordiviola
Publicado en la revista Apofántica nº 4
Noviembre 2005, Mar del Plata

 

Ficha técnica 

Hitler, una película de Alemania deHans Jürgen Syberberg (1977): siete horas y media de duración, 35 mm., predominio de cámara fija. Projectings de películas, cuadros, fotografías; banda sonora compuesta por discursos políticos, noticieros radiales, música, voz en off, monólogos. Utilización de marionetas, muñecos, títeres, maniquíes. Escenografía  manierista, barroca, artificial. Film sinfónico en cuatro tiempos. La situación puramente óptica y sonora sustituye lo sensorio motriz en eclipse. Crisis de la imagen acción. Corte irracional entre el plano visual y auditivo.

 

Primera Secuencia

Se ve el firmamento, las estrellas, el estudio sonoro de Munich (que evoca al Black Maria, cabaña de cartón y alquitrán donde Thomas Edison experimentaba); de nuevo las estrellas, una gota de agua que podría ser una lágrima conteniendo simbólicamente el dolor del mundo. El decorado muestra ruinas, oscuridad, pesadumbre.
Se ve a una niña enfocada de lejos, mientras una voz en off declama:  “Si tuviese en una mano el oro de los negocios, la barriga de cerveza del funcionario, la felicidad de todos los juguetes del mundo, y en la otra los cuentos y los sueños de la fantasía, la añoranza del paraíso y la música de nuestras ideas, todos elegirían a ciegas los paraísos aunque fuesen falsos, sedientos de sangre y sacrificio, dispuestos a entregar lo mejor, multiplicando nuestra esperanza con lo más cruel a favor de triunfos cruentos del alma humana.”
El romanticismo expresionista y el distanciamiento racional se vuelven imágenes-signos, recortadas unas sobre otras en una banda de Moebius. Lo sonoro adquiere la supremacía de lo visual, el espacio enreda las coordenadas, la pantalla queda impresa: se hace leer y escuchar.

 

Cine pensamiento

Muchos films responden a un sistema de escritura formado por una base material (la cámara, las luces, el celuloide...) y un contra-sistema de narración que disimula, diluye, oculta el aparato de base, su artificio. Según Syberberg, el cine trabaja para mantener vivos los mitos sociales, es cómplice de su devenir. En este sentido, vive de la diferencia negada; el dispositivo cinematográfico tiene una función ideológica: evitar las desviaciones del modelo.
El cine moderno se separa de la esencia narrativa: no reproduce una percepción natural de la mirada, construye planos que parecen una mente. La imagen-tiempo, dice Deleuze, es una imagen bifaz, mutua, actual y virtual. El cine de tesis surge de esta nueva imagen cinematográfica, utiliza el aparato de base para cuestionar la acción, disrumpir los nexos, deshacer el espacio clásico del cuadro y trabajar la no correspondencia entre el par adentro/afuera (espectador/film/proyección; sentimiento/habla/dicho; actores/personas/muñecos…).
Syberberg considera al cine un acceso al conocimiento más allá de la especulación informativa, una manera de instar a la autorreflexión. La trilogía Ludwig, réquiem para un rey virgen (1972), Karl May, en búsqueda del paraíso perdido (1974) y Hitler, una película de Alemania expresa un pensamiento ético y filosófico sobre las raíces de la identidad alemana, traduce una búsqueda profunda del sentido a través de las capas de historia. Syberberg, o la voz interior del film, enuncia “Si pienso por la noche en Alemania, no puedo conciliar el sueño. Todas las personas y acontecimientos históricos, pura casualidad… ¿Quién nos representa y a quién representamos? ¿Para qué? ¿Qué resta?  …nuestra nueva ocasión, la historia de la muerte de la vieja luz de la que existimos nosotros y nuestra civilización. Un lejano canto, una luz artificial de la caja negra de nuestras fantasías fílmicas ante el ojo interno. En el oído, el eco de una música cada vez más lejana.” El cine como memoria-mundo-red-paradoja-fisura. La disyunción entre la imagen visual y la sonora sacude, araña los cuerpos y las voces, reconstruye un estado emocio-mental. El cine pensamiento es una experiencia a ráfagas que cuestiona la falsa imagen degenerada de lo verdadero.

 

Hitler personaje

Y enjuiciamos finalmente a este Hitler, esto es, a nosotros con nuestras posibilidades. Pero, ¿qué otra cosa es este mundo que nosotros primero, los que hacemos, representamos y vemos la película?... Pero ¿cómo hacerlo?, ¿cómo hacerlo yo, nosotros?”, se pregunta Syberberg y Deleuze responde “hay que sobrepasar la información para vencer a Hitler” y cita a Serge Daney “… vencerlo cinematográficamente, volviendo sus armas contra él.” Syberberg crea nuevos cruces: nuestro Hitler, Hitler cineasta, nuestra comodidad pasiva ante el efecto media de su imagen en nosostros, Hitler personaje y la culminación de la imagen-mito en él. En Hitler, una película de Alemania, la luz tajea la superficie opaca de la pantalla, deja en evidencia la mentira informática, su mecanismo lava cerebro. Con los cuatro movimientos musicales del film -El Grial, Un Sueño Alemán, El Fin de un Cuento de Invierno y Nosotros, Hijos del Averno-, Syberberg despliega una simultaneidad de referentes (Méliès, Eisenstein, Fritz Lang, Murnau) y contra-referentes (Riefenstahl y Hollywood), reproduce la Creación y la Caída,  desenmascara la iconografía alemana. “Evocando a Hitler por medio del mito, la parodia, el cuento de hadas y la ciencia ficción, Syberberg conduce sus propios ritos de desacralización”, señala Susan Sontag en Bajo el signo de Saturno.
Ironía y pathos, reiteración de discursos, técnicas antiperspectivistas, grandes obras de arte, manifiestos, propaganda componen una imagen reversible, vuelta sobre sí misma, descentralizada sin caer en lo arbitrario ni en lo azaroso. Syberberg da nacimiento a una nueva imagen del mundo que a la vez está en su gestación, previa y contemporánea, antecede al lenguaje y permite al lenguaje expresar lo inexpresable. El espectador se ve obligado a pensar lo impensado, a salir del magma pro y anti-hitleriano. Syberberg muestra no solamente un país, sino el mundo entero y sus diversos sistemas políticos como una catástrofe. Podríamos pensar que este film es el atravesamiento del mito, la denuncia de su funcionamiento que va desde la idolatría hasta el odio, de la pureza de la raza a la masacre de la especie humana.
“Y sin las estrechas cuatro paredes de la llamada realidad de este mundo, estamos libres de ataduras para un juicio ateniéndonos a las leyes propias del universo por nosotros elegido”, nos susurra una voz en la película.