Mandarino de noche
Reynaldo Sietecase
 
     
 

Sombra perfumada
Me sobran los ojos para verte
Entro en la casa a oscuras
guiado por el rastro verde de tus hojas

Cuando nadie lo sabe
abrazo tu madera
te palpo el corazón

Ademán de dulzura
Promesa a gajos
Alivio en la derrota
Te soñé niño
refugio de nidos
y fantasmas
Un árbol es un árbol
digo
La raiz que sostiene el mundo

Mástil vegetal que se ilumina
Cítrica bandera anaranjada
A miles de kilómetros percibo
lluvia de semillas
azahares
señalando el camino

Mandarino de noche
Animal que celebra
mi regreso
agitando las alas.